La culpa no es de los especuladores
Imagine que acaba de comprarse un coche nuevecito por 50.000 euros y que, desatendiendo las más elementales normas de prudencia y circulación, marcha por una carretera secundaria a 200 kilómetros por hora y saltándose todas las señales de tráfico. Al final, claro, se estrella contra algún muro y su coche queda reducido a chatarra. Usted, … Leer más