Es común atribuir a Bruselas la exigencia de que España reduzca el déficit en 2011, 2012 y 2013. Hoy El Mundo titula «La UE nos exige un ajuste igual a las pensiones de tres meses», Guillermo de la Dehesa en Expansión comenta que «no hay más remedio que modificar o atrasar ligeramente los objetivos de contracción fiscal» y Rubalcaba en el debate contra Rajoy espetó que pediría a Bruselas una moratoria hasta 2015 en lo que a objetivos de déficit se refiere.
Bien, el asunto es muy sencillo: Bruselas no pinta nada. Quien nos va o no nos va a prestar el dinero que necesitamos para financiar el déficit no es la Comisión Europea, sino los ahorradores privados («los mercados»). De momento, parece que los objetivos que ya marcó Bruselas en 2010 son el mínimo que se nos está exigiendo para no helenizarnos, pero tampoco hay garantías de que vayan a ser suficientes viendo cómo está el patio. Lo que sí es seguro es que si nos creemos que estamos en posición de negociar algo y de retrasar todavía más la reducción de nuestro desequilibrio presupuestario, entonces se nos cerrará el flujo de financiación, por mucho que Bruselas no esté de acuerdo.
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.