History repeating

Debemos apuntar que el esfuerzo para restablecer el nivel de precios de 1926 (que supondría una inflación del 66%) solo podría alcanzarse mediante la proliferación de un nuevo ejército de deudores especulativos y precarios, sobre todo si se consiguiera mediante políticas crediticias imprudentes y excepcionales. El crédito y la deuda crecen juntos. No puede darse crédito sin deuda porque son la misma cosa. Desde luego, sería una política muy cortoplacista la de tratar de corregir los demonios del pasado boom especulativo y de la creación de deuda de pésima calidad mediante la creación de un nuevo volumen gigantesco de deuda de mala calidad. Abusamos del crédito en el pasado; protejámonos de ese abuso en el futuro.

Algunas falacias sobre la «demanda de inflación», Benjamin Anderson, 1933.

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