El negocio bancario podrá parecernos privilegiado y pésimamente gestionado, pero un banco NO es un falsificador de dinero. Existe una diferencia fundamental entre ambos: el falsificador no reconoce los billetes que imprime como obligaciones propias; el banco sí reconoce los billetes o los depósitos que crea como pasivos propios. Por eso, dicho sea de paso, el banco no crea dinero, sino deuda usada como medio de intercambio.
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