No al banco malo: convirtamos deuda en acciones

Lo vengo diciendo desde hace algunos años. La vía para recapitalizar a los bancos insolventes no puede ser, en ningún caso, su rescate por parte de los contribuyentes. Podría discutirse si hay que rescatar o no a los depositantes a la vista con tal de salvaguardar el sistema de cobros y pagos, pero desde luego no hay ninguna razón para rescatar a todos los acreedores de la banca. Por supuesto, una liquidación desordenada del sistema financiero puede resultar bastante nefasta, especialmente si, como decimos, al caer las malas inversiones se desmorona también el sistema de cobros y pagos. Pero antes de rescatar a los bancos con el dinero del contribuyente, ¿por qué no los rescatamos con el dinero de los acreedores?
La manera más radical de hacerlo sería imponer una quita o un impago selectivo: le debo tanto dinero y sólo cobrará una fracción. Otra manera, que permitiría la supervivencia de la entidad, sería convertir parte de la deuda del banco en acciones: es decir, las primeras pérdidas del banco se le imputan a sus actuales accionistas y, para que el banco no se quede sin fondos propios, parte de la deuda se reconvierte en acciones (de modo que los acreedores se conviertan en propietarios), lo que no significa que no se cobre, sino que se cobra en títulos de propiedad sobre el activo del banco.
Claro que no todos los tipos de deuda son iguales: los depósitos a la vista son fondos que le fueron confiados a la entidad no para que los invirtiera a largo plazo en proyectos de alto riesgo, sino para que los guardara; en cambio, la deuda subordinada son pasivos que, a cambio de una jugosa rentabilidad, asume elevados riesgos. De ahí que deba haber un cierto orden de prelación en las conversiones: los pasivos a más largo plazo y más arriesgados (los que guarden una mayor similitud con las acciones) deberían convertirse primero y sólo en caso de extrema necesidad se procedería a hacer lo propio con deuda a más corto plazo.
Rajoy quiere crear un banco malo para inyectar alrededor de 100.000 o 150.000 millones de euros de capital en la banca. Veremos si eso basta. En cualquier caso, no hay motivo, ni ético ni económico, para que ese desembolso lo sufraguen los contribuyentes españoles vía emisiones de deuda pública. Mucho más sencillo, justo y eficiente sería asignar derechos de propiedad sobre la basura que haya en el activo de los bancos… convirtiendo deuda en acciones.
En el siguiente gráfico tenemos representados los pasivos de la banca española antes y después de una propuesta de conversión (que no tiene por qué ser la única posible ni tampoco la más acertada). Forzando la conversión del 100% de la deuda subordinada en acciones, del 20% de las cédulas hipotecarias y otros pasivos similares, y del 5% de los depósitos a plazo, de los depósitos de las Administraciones Públicas y de los depósitos extranjeros, la banca española se recapitalizaría en 200.000 millones.

No digo que sea una solución beneficiosa para todos: es una solución que asigna las pérdidas por un orden de prelación que tiene sentido económico y ético. Además, si la banca sigue generando beneficios a corto o a largo plazo, nada quita para que se destinen esos beneficios a repartir dividendos o recomprar acciones. Pero, sin duda, lo que no tiene ningún sentido es que todos los españoles, de manera indiscriminada, rescatemos a quienes se equivocaron: a los accionistas de los bancos… y también a sus acreedores.
PD: Adjunto los datos del gráfico (en millones de euros):

Antes de la conversiónDespués de la conversión
Depósitos a la vista/ahorro461.802461.802
Depósitos a plazo724.843688.601
Depósitos de las AAPP70.74367.206
Depósitos interbancarios290.099290.099
Depósitos extranjeros530.960504.412
Otros depósitos205.992195.692
Cédulas y otras deudas413.145330.516
Deuda subordinada44.8520
Otros pasivos252.996252.996
Capital y reservas350.000554.108

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