Este gráfico lo dice todo. Desde finales de 2011, los inversores extranjeros han comenzado a desprenderse en masa de nuestra deuda pública. No se fían de que vayamos a devolverles en euros el dinero que nos prestan.
En contra de lo que piensan algunos, tener deuda pública española que paga un 7% no es ningún chollo, sino una inversión de alto riesgo. Por eso, muchos inversores más cautos y conservadores prefieren comprar deuda pública alemana aun cuando, en ocasiones, pague tipos de interés negativos. ¿La solución a esto? Pues acreditar que no vamos a suspender pagos y que vamos a seguir en el euro, es decir, convertir realmente en un chollo una deuda que paga un interés del 7%. Si despejamos esa incertidumbre esencial, el mismo capital que ahora vende nuestra deuda por ser muy arriesgada, volverá a comprarla en masa para lucrarse con los altos intereses seguros. Ay, la especulación.
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